Antes de empezar a escribir me encuentro con la situación de que no será suficiente, o de que no voy a poder poner en claro todo lo que rondó por mi cabeza. Supongo que la principal razón es que nisiquiera ahí está claro. ¿Cómo lo tendría? Puedo leer y releer las tantas cosas que escribí desde entonces y aún así me siento insegura. ¿Es insegura la palabra? ¿"Debil", "fragil", tal vez? Ni siquiera puedo poner en claro lo que siento. Dudosa desde siempre.
Los juicios.
Dijo una vez una profesora de las que se admiran que el momento del después es sumamente valioso e importante, "para que no nos quedemos con un dolor donde no se pueda pensar". Y yo de ahí pensé. Fue el día siguiente al juicio, momento en el que seguía con ese cuasi dolor en el pecho, esa sensación ajena y gris que me había invadido y había dejado sus rastros. Esos rastros, son, justamente, los queme llevan a pensar.
Nos separaba un vidrio y toda una vida. María Elena se sentó pocos minutos después de nuestro grupo, y se sentó en la silla donde daría su testimonio, a otros pocos metros de nosotras.
Desapareció entonces el
Nos separaba un vidrio y toda una vida.
Nos separaban años.
Nos separaba una injusticia
Nos separaba una búsqueda interminable
Nos separa un pedido de justicia
Nos separaba un vidrio y toda una vida.
Frantz Fanon
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